Con la edad las estructuras periodontales que rodean a los dientes y que están compuestas por las estructuras óseas y los ligamentos que los sujetan, sufren un proceso de degeneración que expone a las raíces de los dientes.
La propia estructura del diente también se modifica con la edad y no es raro que se pierda parte de la sustancia dental como consecuencia del desgaste que los años van haciendo sobre la superficie del diente. El esmalte puede perforarse exponiendo la capa más interna (la dentina), que es el componente fundamental de la mayor parte de la estructura del diente, tornándose más seco y menos permeable con la edad y, por tanto, más frágil.
Muchos de los cambios que se producen en las estructuras de la boca, se asocian a otros riesgos para la salud y para el bienestar de las personas, por lo que es muy importante hacer exploraciones periódicas por profesionales para verificar el estado de salud y poner en marcha las medidas correctoras y preventivas necesarias.
La prevención tiene una dimensión fundamental, la educación en el cepillado correcto, el uso del hilo dental, el conocimiento del papel del azúcar en la producción de la caries (caramelos, chiclets, etc.,), colaboran a tener una buena salud dental.
Estas normas básicas deben ser implementadas en programas de prevención que alcancen al máximo a toda la población. Asimismo, los factores de resistencia del individuo pueden incrementarse. El flúor, especialmente si se incorpora al esmalte en el tiempo de formación, aumenta la resistencia del mismo a la acción de la placa.
En el caso de los niños se puede disminuir notablemente el número de caries con la técnica del sellado de fisuras. Se trata de la colocación en los surcos de las muelas de resinas compuestas que impidan el depósito de placa en el fondo de los mismos.
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